jueves, 3 de noviembre de 2011

DANZA DEL VIENTRE


Danza del Vientre

Como toda danza ritual, la danza del vientre representa algunos animales y los cuatro elementos de la naturaleza. La serpiente (animal sagrado en el Antiguo Egipto), el camello, el halcón, el chacal. La tierra se refleja en el contacto de los pies descalzos en el piso, el fuego en la vibración de la cadera, el agua en el pecho y el aire en los movimientos de brazos y manos.
Lamentablemente, con el triunfo del Islam, el judaísmo, el cristianismo, en resumen, con el auge del monoteísmo, la danza del
vientre pasó de lo sagrado a lo vergonzoso, y se desvirtuó absolutamente la capacidad estética, expresiva y espiritual de las bailarinas.
Aclaremos que es conveniente hablar de danza del vientre y no de “árabe” u “oriental” por lo siguiente: el vientre figura el centro físico y espiritual de las personas, además, el término “árabe” es incorrecto porque en nuestra danza intervienen elementos que provienen de culturas distintas o
anteriores a aquella, como la faraónica, la fenicia, la turca, la nubia o la beréber. Tampoco la llamaremos “oriental”, puesto que oriental es también la danza india, china o japonesa.
La danza del vientre puede ser considerada la danza clásica del mundo árabe, puesto que amalgama los estilos musicales y los movimientos de cada uno de sus pueblos; se diferencia de la occidental en que todos sus movimientos tienen un origen étnico definible y una historia, un porqué, proviene de hombres y mujeres de otros tiempos pero de la misma cultura, por lo que no se requiere una técnica muy estricta, sino que surge del sentimiento y no de la razón. Es una danza que se encuentra a medio camino entre el folclore y la creación individual, porque a pesar de que hay en ella una estructura básica definida, hay un componente clave de improvisación, arribando a un equilibrio entre la regla y la libertad, fomentando la creatividad de las bailarinas.



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