jueves, 3 de noviembre de 2011

El arte de Beethoven


La obra de Beethoven

A caballo entre dos épocas, Beethoven no creó realmente ninguna de las formas musicales de las que se sirvió, pero amplió sus límites y modificó profundamente su estructura a través de un cúmulo de nuevas ideas que se encargó de expresar. Para él, la forma tenía menos importancia que la idea. Por ello, en una época de cambio, de intersección entre el clasicismo y el romanticismo, no fue un rupturista, sino un reformador que utilizó las formas clásicas heredadas para exteriorizar su ideal romántico. Abrió así el camino al romanticismo musical desde la forma clásica. Su obra, que puede dividirse en tres épocas, refleja el conflicto entre el pasado y el porvenir, entre el clasicismo y el romanticismo, entre la forma y la idea, y es el punto crucial en el que se conjugan las aportaciones de siglos anteriores con las nuevas perspectivas musicales.

Junto a Haydn y Mozart, Beethoven forma el trío de clásicos vieneses al que se debe la consumación de las formas instrumentales clásicas. Fue un renovador de los conceptos de armonía, tonalidad y colorido instrumental y llevó a la perfección el género sinfónico. Entre sus particularidades técnicas se cuenta el haber desechado el clásico ritmo de minueto por el más vigoroso del scherzo, obteniendo así contrastes emotivamente más intensos y aumentando la sonoridad y variedad de texturas en las sinfonías y en la música de cámara.


En su obra se distinguen tradicionalmente tres períodos: uno inicial o de formación, que finaliza en 1802, llamado también "periodo de Bonn"; un segundo periodo que finaliza en 1812 y que se denomina "periodo vienés", y un tercero y último que se desarrolla entre 1813 y 1827. El musicólogo Wilhelm von Lenz fue el primero, en 1852, en dividir la carrera musical de Beethoven en estas tres grandes etapas estilísticas. Algunos musicólogos han mostrado su discrepancia hacia esta división, pues consideran que debería añadirse un cuarto período, resultado de dividir en dos su primera época, pero la división en tres etapas se corresponde a la perfección con los puntos de inflexión de la biografía de Beethoven y por ello sigue manteniéndose en la actualidad.

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